EL FACTOR DE LA CONFIANZA EN EL TENIS: UNA VISTA DESDE EL INTERIOR

Todo jugador de tenis, entrenador o entusiasta sabe que la confianza es clave. Pero hay un fenómeno interesante en esta generación de jugadores: después de un agotador entrenamiento de dos horas de cestas y rallies, se menciona la diabólica palabra: PUNTOS.

De repente, cada jugador en la cancha comienza a jugar a una velocidad estratosférica, a un ritmo en el que tomar decisiones correctas se vuelve casi imposible. Luego, cuando se terminan los puntos, dicen: “No tengo confianza en mis golpes”. Entonces, ¿qué es realmente la confianza en el tenis? ¿Es posible perderla? En un sentido práctico, sí, pero desde mi punto de vista, perder la confianza es más un problema de autogestión y autoconciencia que una realidad en sí misma.

Discutir la confianza de manera sencilla es un desafío, dado el número de variables que la influyen y las suposiciones que la rodean. Es crucial ‘limpiar’ el concepto de CONFIANZA, redefinirlo y empezar a entenderlo mejor.

Etimológicamente hablando, la confianza se deriva de la palabra latina ‘confidere’, que significa ‘con fe’. Entonces, actuar con confianza significa esencialmente actuar con fe. Según el diccionario, la CONFIANZA es una “firme esperanza que una persona tiene de que algo sucederá, será o funcionará de cierta manera”.

Hay otro concepto que a menudo se pasa por alto y que necesita consideración: la FIABILIDAD. Aunque comparte las mismas raíces etimológicas, la fiabilidad se entiende como una habilidad que manejamos casi a la perfección. Por ejemplo, somos fiables cuando caminamos; estamos casi seguros al 100% de que no colapsaremos. Por lo tanto, la FIABILIDAD también podría denominarse CONSISTENCIA.

Con este conocimiento, es esencial distinguir: la FIABILIDAD presume un dominio casi perfecto de la acción, con errores mínimos y manejables. La CONFIANZA, por otro lado, es un acto de fe más allá de la zona de fiabilidad, basado en un SENTIDO DE POSIBILIDAD, que nos lleva a una zona donde comenzamos a perder el control ‘total’ de las variables.

Mientras que la FIABILIDAD asume un resultado con alta certeza, la CONFIANZA anticipa el resultado de la acción. De una manera extraña, la CONFIANZA NOS CONECTA con el futuro.

En el tenis, muchas veces durante el entrenamiento, nos sentimos capaces de golpear la pelota muy rápido y pensamos que así es como podemos jugar. Pero muy a menudo, los tenistas intentan jugar más allá de sus posibilidades, lo que resulta en un alto riesgo de desconexión de la confianza, ya que no está dentro de la zona de fiabilidad.

La fuerza de esta conexión depende de muchas cosas, todas manejables. La parte desafiante de gestionar la confianza es la ACEPTACIÓN, y para aceptar, primero debemos ESCUCHAR lo que nuestro cuerpo, nuestros golpes nos están diciendo. Las emociones y sensaciones son los sistemas de alarma de nuestros cuerpos, que a menudo ignoramos.

No estamos conectados con nuestros cuerpos; solo prestamos atención cuando ya están en su límite. No tengo ninguna duda de que el próximo paso en el entrenamiento es el entrenamiento emocional, la capacidad de escuchar al cuerpo antes de que las emociones tomen el control de la situación. El viaje hacia una mayor confianza en el tenis es un proceso de introspección, práctica y autoconciencia.

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