El Punto Más Largo en la Historia del Tenis: Una Maratón en la Cancha
|En el mundo del deporte, los récords están hechos para romperse, pero algunos logros resisten el paso del tiempo, quedando grabados en los anales de la historia. El tenis, un deporte definido por su elegancia, poder y estrategia, fue testigo de un momento extraordinario en las sagradas canchas de césped de Wimbledon en 2010. Fue el punto más largo jamás registrado en la historia del tenis, una maratón que desafió los límites de la resistencia y mostró el espíritu incansable de los atletas.
El Escenario: Wimbledon, 2010

Wimbledon, a menudo considerado el torneo de tenis más prestigioso del mundo, proporciona un telón de fondo adecuado para momentos extraordinarios. Era el año 2010, y el partido de primera ronda entre Victor Hanescu, un jugador de tenis rumano, y John Isner, un estadounidense conocido por su saque imponente y resistencia notable, estaba a punto de embarcarse en un viaje que cautivaría al mundo del tenis.
Los Competidores: Hanescu e Isner
Victor Hanescu, un profesional experimentado de Rumania, tenía la reputación de su sólido juego desde el fondo de la cancha y sus habilidades defensivas. En contraste, John Isner era conocido por su saque formidable, a menudo elogiado como uno de los más rápidos en el juego, y su capacidad para soportar partidos físicamente exigentes. La altura de Isner, que alcanzaba los 208 centímetros (6 pies 10 pulgadas), le daba una presencia imponente en la cancha, y sus saques a menudo superaban las 140 millas por hora.
Comienza el Partido
El partido comenzó como cualquier otro en el tenis profesional, con los dos jugadores participando en feroces intercambios de golpes y ganando sus respectivos juegos. El primer set fue para Isner, 6-4, mientras que Hanescu se recuperó para llevarse el segundo set, 3-6. El tercer set resultó ser un enfrentamiento reñido, llevando finalmente a un desempate que Hanescu ganó 9-7.
A medida que el partido avanzaba, quedó claro que esto no iba a ser un encuentro ordinario. Ambos jugadores mantenían sus servicios con una notable consistencia, y los sets seguían siendo ferozmente disputados. El cuarto set también se definió en un desempate, que Isner ganó 7-3, forzando el partido a un quinto set decisivo.
El Quinto Set Más Largo en la Historia del Tenis

El quinto set fue donde se escribiría la historia. Se convertiría en el quinto set más largo, no solo en ese partido sino en toda la historia del tenis profesional. El formato de Wimbledon no incluye desempates en el último set, lo que significa que un jugador debe ganar por al menos dos juegos. Esta regla llevaría a una prueba sin precedentes de resistencia y determinación.
Juego tras juego, tanto Isner como Hanescu mantuvieron sus servicios. La puntuación subía cada vez más, y ningún jugador lograba romper el servicio de su oponente. La multitud en la Cancha 18, inicialmente cautivada por el drama, comenzó a darse cuenta de que estaban siendo testigos de algo verdaderamente histórico.
Horas pasaron y el quinto set continuaba. A medida que el sol se ponía sobre Wimbledon, el partido se extendía hacia las horas crepusculares. La intensidad en la cancha se igualaba a la intensidad en las gradas, donde los fanáticos que habían venido a presenciar un partido de primera ronda rutinario se encontraban formando parte de un espectáculo inolvidable.
El Épico Intercambio: Una Prueba de Resistencia
En medio de los intercambios en la línea de fondo aparentemente interminables, un punto en particular destacaría. Fue un microcosmos de todo el partido, un testimonio de la resistencia y determinación de los jugadores.
El punto comenzó como muchos otros, con un saque poderoso de Isner y una hábil devolución de Hanescu. Lo que siguió fue un agotador intercambio en la línea de fondo, marcado por golpes potentes y movimiento incesante. Isner, a pesar de su imponente altura, mostró una agilidad sorprendente, mientras que las habilidades defensivas de Hanescu se llevaron al límite.
El intercambio parecía no tener fin. La multitud estaba de pie, y el árbitro de silla, Mohamed Lahyani, observaba asombrado. Los jugadores, bañados en sudor y exhaustos, continuaban persiguiendo cada pelota. Los espectadores, que inicialmente estaban divididos en su apoyo, ahora vitoreaban a ambos jugadores por igual, reconociendo el esfuerzo extraordinario en exhibición.

Los minutos se convirtieron en lo que parecían horas. El intercambio llegó a un punto en el que parecía imposible para cualquiera de los jugadores continuar. Pero persistieron, golpeando la pelota con precisión y poder que desafiaban su fatiga. Finalmente, después de asombrosos 29 golpes, el intercambio llegó a su fin con un ganador de derecha de Isner.
La multitud estalló en aplausos, y ambos jugadores intercambiaron sonrisas cansadas mientras caminaban hacia sus lados respectivos de la cancha. Fue un momento que trascendió la victoria o la derrota; fue un testimonio del espíritu inquebrantable de los jugadores de tenis y la magia de un partido histórico.
El Resultado que Batió Récords
A medida que el partido continuaba, los juegos se acumulaban y los récords se rompían. El quinto set solo duró 8 horas y 11 minutos, y quedó claro que este no era un partido común. Finalmente, con un marcador de 70-68 a favor de John Isner, el partido concluyó, con Isner emergiendo como el vencedor.
El marcador final fue 6-4, 3-6, 6-7, 7-6, 70-68. El partido duró un total de 11 horas y 5 minutos, convirtiéndose en el partido de